Se dice que los 30 son los nuevos 20 y es, en gran parte, verdad. La treintena es la mezcla entre la juventud y la primera madurez. Una etapa de transición en la que la vitalidad juvenil convive con la vida adulta. El cuerpo no es ajeno a este proceso, pues a partir de los 30 comienza a dejar atrás progresivamente la plenitud física. Por tanto, el cambio de década es el momento de empezar a asumir ciertos cambios de hábitos y rutinas de cuidado que permitan seguir luciendo un aspecto juvenil y saludable. Si quieres saber en qué consisten estos cambios, sigue leyendo.
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¿Qué preocupa a los hombres a partir de los 30 años?
A los 30 es cuando, en teoría, comienza a consolidarse la vida adulta. El trabajo, las amistades, las relaciones y, por supuesto, el estilo de vida, evolucionan poco a poco. En teoría, es la época en la que deben ir diluyéndose ciertas costumbres de la veintena en favor de otros aspectos. A la madurez mental se suma la física, convirtiéndose en el momento idóneo para empezar a prestar mayor atención al cuidado del cuerpo a fin de evitar un deterioro prematuro. La treintena constituye el punto de inflexión en el que seguir siendo joven empieza a ser una cuestión de actitud.
Cuidados a los 30
En la tercera década, por lo general, los problemas de salud aún no hacen su aparición en el organismo. Sin embargo, sí lo hacen los primeros síntomas del envejecimiento. Cuestiones como la caída del pelo, las primeras arrugas, los cambios en el metabolismo… entregan su carta de presentación. Toca, pues, asumir estos cambios y adaptarse a ellos. La despreocupación y los excesos de la veintena deben dar paso a un nuevo estilo de vida que dé más prioridad a los hábitos saludables y las rutinas de cuidado personal.
Cuida tu pelo:
Los estragos de la alopecia masculina suelen tener su pistoletazo de salida en la treintena. Por lo tanto, es el momento de empezar a cuidar el pelo. Factores como la mala alimentación, el estrés y hábitos no saludables como el tabaquismo y el consumo de alcohol afectan negativamente a la salud capilar. En consecuencia, es aconsejable cambiarlos por otros más positivos con los que tratar de poner freno a la caída prematura del cabello.
Una alimentación y una higiene capilar adecuadas pueden ayudar. Pero, según el grado de caída, puede ser la época de empezar a contemplar otras opciones. Tratamientos como la infiltración de plasma enriquecido en plaquetas (PRP) pueden contribuir a parar la caída y estimular la regeneración capilar. En casos de alopecia más avanzada, la solución puede pasar por el injerto DHI (Direct Hair Implantation), que permite cubrir pequeñas zonas despobladas.
Rostro luminoso y libre de arrugas:
Otros de los primeros síntomas evidentes del envejecimiento son las pequeñas arrugas de expresión que van apareciendo en el contorno de los ojos y los labios; así como las ojeras y otros signos de cansancio. Un descanso adecuado, la hidratación de la piel con productos cosméticos y una alimentación saludable constituyen la primera barrera de defensa contra ellos.
Asimismo, podemos recurrir a tratamientos estéticos masculinos para ir un paso más allá en el cuidado personal. El relleno con ácido hialurónico, el láser vascular y el bótox son técnicas con un impacto mínimo pero capaces de devolver la vitalidad al rostro y el brillo a la mirada al instante.
Estilo de vida saludable: dieta sana y ejercicio
En la base de todas estas rutinas de cuidado, como ya hemos mencionado, deben estar la alimentación y la actividad física. Una mala alimentación y el sedentarismo son los grandes enemigos de la salud física. Por ello, en la treintena resulta crucial adoptar una dieta saludable y equilibrada, huyendo de los excesos más que muy puntualmente, e incorporar una rutina de ejercicio habitual. La fuerza de voluntad y la constancia son los pilares que garantizarán el éxito en el cambio de hábitos. Por supuesto, el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo deben desaparecer de nuestras vidas.
Despídete de los complejos:
Tal y como mencionábamos al principio, a partir de los 30 suele producirse una ralentización del metabolismo que favorece ganar kilos y dificulta eliminar la grasa localizada solo mediante la dieta y el ejercicio. La batalla contra estos cúmulos de tejido adiposo se vuelve cada vez más ardua, pero, por fortuna, existen también otras armas que podemos usar para combatirlos. Tratamientos estéticos corporales como la abdominoplastia o el lipoláser podrían ser la opción perfecta para seguir manteniendo la figura más allá de los 30.
Si ya has llegado a los 30, no esperes más para seguir estos consejos y recomendaciones para que el paso de los años no te impida seguir disfrutando de una vida plena.