Dejar de fumar no es una tarea fácil. Requiere de mucha fuerza de voluntad y sacrificio. Cualquier persona que haya intentado dejar de fumar al menos una vez en la vida, sabe que se trata de un proceso muy largo y difícil. Hay muchas maneras de dejar de fumar: puedes hacerlo de forma gradual o de la noche a la mañana. No existe un único método que funcione para todos, pero sí existe una preocupación común entre las personas que planean dejar de fumar: subir de peso. En el post de hoy te contamos qué hacer para que eso no pase y puedas disfrutar de una vida sana y libre de tabaco.
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Los efectos negativos del tabaco
Fumar es una adicción muy dañina y perjudicial para las personas. En concreto, cada año, el tabaco mata a 8 millones de personas y varios millones más sufren enfermedades como el cáncer de pulmón, tuberculosis, asma o enfermedades pulmonares crónicas causadas por el tabaco. Afortunadamente, cada vez más personas comienzan a darse cuenta de los efectos negativos de fumar. Es muy dañino no solo para la salud del fumador, sino también para su entorno, porque las personas en el círculo de fumadores son, lamentablemente, fumadores pasivos. El humo del tabaco tiene un efecto nocivo sobre el sistema circulatorio, el sistema respiratorio, el sistema nervioso y la piel. Por lo tanto, una gran proporción de fumadores, después de darse cuenta de que al fumar se están intoxicando a sí mismos y a su entorno, comienzan a pensar en dejar de fumar. Sin embargo, todavía hay un largo camino por recorrer desde pensar en dejar la adicción hasta dejar de fumar, y algunas personas se dan por vencidas y tienen miedo de aumentar de peso después de dejar el tabaco.
Antes de nada… ¿Dejar de fumar realmente engorda?
Dejar de fumar no significa necesariamente aumentar de peso, pero hay una serie de razones por las que los fumadores pueden engordar al dejar el tabaco. En primer lugar, la nicotina es una sustancia que acelera el metabolismo, por lo que al dejar de fumar, tu cuerpo puede quemar los alimentos más lentamente. Otra razón por la que los exfumadores pueden engordar es que, el tabaco reduce el apetito, así que cuando dejan de fumar, pueden sentir más hambre, y por lo tanto comer más a menudo y no necesariamente de forma sana y controlada. Por otro lado, cabe destacar que fumar se convierte en un hábito. Hay personas que no pueden vivir sin su cigarrito después del café o después de comer. Dejar de hacer lo que formaba parte de nuestra rutina diaria puede provocarnos cierta ansiedad, y en ocasiones esa falta de nicotina es reemplazada por la comida.
¿Cómo no subir de peso después de dejar de fumar?
Come con regularidad
Una de las reglas más importantes a seguir para dejar de fumar es comer 4-5 comidas al día con regularidad, en intervalos de 3-4 horas. Esto acelerará el metabolismo y facilitará el mantenimiento del peso corporal. Al mismo tiempo, las comidas regulares evitarán la sensación de hambre y te alejarán de picar entre horas.
Despídete de los azúcares simples
También es recomendable renunciar a los azúcares simples que promueven el aumento de peso, como los zumos y los dulces. Puedes reemplazarlos con carbohidratos complejos que liberan energía durante mucho tiempo, gracias a lo cual dan una sensación de saciedad por más tiempo. Los carbohidratos complejos los proporcionan los productos de cereales integrales, como el pan integral, el arroz integral, la pasta integral, los cereales y el salvado.
Limita el consumo de carnes grasas
Después de dejar de fumar, también se debe limitar el consumo de carnes grasas (por ejemplo, tocino, paletilla, cuello, ternera grasosa), que son muy calóricas, en favor de las más magras (ave, cerdo, jamón sin exceso de grasa) y pescado . Esto promoverá aún más la salud circulatoria y del corazón, ya que la carne grasosa es una fuente de grasas saturadas desfavorables.
Aumenta la cantidad de verduras
Los ex fumadores también deben aumentar la cantidad de verduras consumidas hasta un mínimo de 5 porciones al día (alrededor de 400-500 g). Las verduras son alimentos bajos en calorías que llenan el estómago y reducen la sensación de hambre. Además, son una gran fuente de vitaminas y minerales.
Come despacio
También es aconsejable comer despacio y con calma. La información sobre la saciedad llega al cerebro solo después de 20 minutos. Al mismo tiempo, se debe cuidar la correcta hidratación del cuerpo. Recuerda que el agua contiene 0 kcal y es el mejor fluido para hidratar el cuerpo humano, así que bebe al menos 1,5 litros de agua al día y mantente hidratado.
Haz ejercicio
La actividad física regular también te ayudará a mantener tu peso después de dejar de fumar, además de liberar la tensión y las ganas de fumar. Lo ideal es que el exfumador haga ejercicio al menos 150 minutos a la semana, es decir, 3 veces a la semana durante 50 minutos. Estos deben ser ejercicios de intensidad moderada (por ejemplo, ciclismo, natación, caminatas rápidas) y apropiados para la salud. El ejercicio no solo lo ayudará a quemar calorías adicionales, sino que también mejorará su estado de ánimo, y es que está demostrado que la práctica regular de ejercicio incrementa la confianza en uno mismo, ayuda a la relajación y mejora la calidad del sueño, así como disminuye los síntomas de ansiedad y malestar emocional.
Dejar de fumar no supone necesariamente subir de peso, pero si es algo que te preocupa y, además, estás luchando contra la obesidad y quieres apostar por un estilo de vida más sano y equilibrado, hay formas de facilitártelo. En MAN Medical Institute contamos con tratamientos de control de peso y un equipo médico especializado en nutrición y dietética que te ayudará a conseguir tus objetivos estéticos y liberarte del miedo a engordar al dejar de fumar.
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