El manido tópico nos dice eso de que la primavera la sangre altera. Pero no es tan habitual hablar de otro efecto muy típico de esta época del año, que es la falta de energía generalizada. Este bajón de pilas tiene un nombre, astenia primaveral, y afecta a aproximadamente a la mitad de la población durante esta época del año. En resumen, se debe al proceso de adaptación del cuerpo al cambio de estación, por lo que estamos hablando de un problema temporal. Eso sí, se puede hacerle frente para que sus efectos no nos dejen por los suelos. De manera que, si eres de esos a los que la primavera la sangre no altera, sino que les da ‘bajonera’, sigue leyendo para averiguar cómo recuperar la vitalidad.
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¿Qué es la astenia primaveral?
El término astenia hace referencia a una fatiga o debilidad general que impide realizar con normalidad las tareas habituales. La astenia primaveral es, por tanto, una sensación de cansancio y falta de fuerzas que se produce durante la primavera. Aunque no existen estudios concluyentes al respecto, se calcula que alrededor de la mitad de la población sufre una serie de síntomas debidos al proceso de adaptación del cuerpo al cambio de estación. Estamos hablando, pues, de un trastorno adaptativo con efectos temporales. Por lo general, estos suelen ser leves, aunque a algunas personas les pueden afectar de forma más intensa.
¿Por qué se produce?
Básicamente, la astenia primaveral se debe a la suma de una serie de factores ambientales que alteran los ritmos circadianos del cuerpo. Hablamos de:
- El cambio de tiempo: subida de las temperaturas y de la presión atmosférica.
- Más horas de luz diurna.
- El cambio horario: los relojes se adelantan una hora.
- La modificación de la rutina diaria (horarios de sueño y de comidas, aumento del tiempo de ocio, etc.) como consecuencia de las anteriores.
Todos estos cambios desencadenan la secreción de ciertas hormonas como endorfinas, cortisol, melatonina, etc.; alterando con ello los ritmos biológicos del organismo. La explicación detrás de este proceso es que el cuerpo debe adaptarse a las nuevas condiciones ambientales, que requieren un mayor consumo de energía diario. Se trata, en resumen, del cuerpo despertando del letargo invernal.
Síntomas de la astenia primaveral: ¿Cómo la puedo identificar?
Tal y como ya hemos contado, el síntoma principal y más evidente es la fatiga y cansancio general. A este le acompañan otros efectos, que pueden variar de una persona a otra, tanto en forma como en intensidad. Los más comunes son los siguientes:
- Cansancio no justificado, debilidad muscular, falta de energía.
- Problemas de concentración y atención.
- Falta de apetito.
- Trastornos del sueño, dificultad para dormir o para tener un descanso reparador, lo que a su vez provoca somnolencia diurna y un aumento de la fatiga.
- Irritabilidad, nerviosismo, cambios de humor.
- Dolores de cabeza más frecuentes o intensos de lo habitual.
- Apatía, tristeza injustificada, desmotivación, disminución del deseo sexual…
¿Cuánto puede durar la astenia primaveral?
La astenia primaveral es un trastorno adaptativo, no una enfermedad, por lo que lo normal es que sus síntomas duren tan solo unos días. Pasado este tiempo, el organismo ya se ha acostumbrado al cambio estacional y todo vuelve a la normalidad. Hay que tener en cuenta, eso sí, que las alergias primaverales pueden complicar y alargar la duración de sus efectos. Por tanto, ¿cuándo hay que preocuparse? Si los síntomas de los que os hemos hablado u otros parecidos se prolongan durante más de dos o tres semanas, es recomendable acudir al médico para descartar otros problemas como anemia, depresión o una alergia grave.
Combatir la astenia primaveral es posible
Casos extremos aparte, hacerle frente a los síntomas habituales de la astenia primaveral está al alcance de nuestra mano. No se pueden evitar del todo, ya que es un proceso que debe atravesar el organismo para adaptarse, pero sí se pueden adoptar una serie de hábitos para paliar sus efectos negativos.
- Anticiparse al cambio horario: adaptarse gradualmente al cambio de hora para mantener una rutina ordenada.
- El ejercicio físico moderado facilita la liberación de estrés y genera cierto cansancio que ayuda a tener un sueño reparador.
- La alimentación: comer de forma acorde a las nuevas condiciones ambientales, con menos alimentos hipercalóricos y más frutas y verduras.
- La correcta hidratación es imprescindible, ya que con la elevación de las temperaturas se suda más y el organismo necesita más líquidos.
- Mantener las rutinas del sueño es fundamental: la astenia primaveral afecta a la secreción de melatonina (la hormona que induce al sueño), por lo que es crucial mantener una higiene del sueño que evite que no descansemos adecuadamente.
- Evitar la cafeína y otros excitantes; y apoyarse en suplementos como la melatonina o la valeriana para regular el sueño, o la jalea real para la fatiga.
Ya sabes qué es y cómo poder combatir la astenia primaveral. No dejes que afecte a tu vida y disfruta del buen tiempo.