En la línea de lo que venimos hablando en los últimos días, septiembre es conocido como el mes de «la vuelta al cole». Es decir, del retorno a la rutina y a los quehaceres del día a día. En el primer post tras las vacaciones os contamos cómo recuperar el pelo de los efectos negativos del verano. Pero, ¿qué pasa si nuestro problema capilar va más allá de un pelo dañado por el sol y la sal? En este caso, por suerte, también hay solución. Y es que septiembre, como época de transición entre el verano y el otoño, representa una de las mejores épocas del año para someterse a un injerto capilar. Descubre por qué y atrévete a dar el paso hacia ese cambia con que tanto deseas.
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El injerto capilar, la única solución definitiva contra la alopecia
No es nada que no hayamos dicho ya en este blog. Más de una y dos veces. Pero es que no deja de ser una realidad incontestable: a día de hoy, el injerto de pelo es la única forma para acabar definitivamente con la calvicie. Además, gracias a los grandes avances logrados por las técnicas de trasplante, no solo es definitiva, sino también extremadamente segura y con resultados naturales e inadvertibles. Eso sí, requiere un proceso de recuperación y crecimiento que se extiende durante varios meses. Por eso, es aconsejable planificar cuándo someterse a uno y tener en cuenta las mejores fechas. Como ya adelantábamos al principio, septiembre es una de ellas, así que entremos un poco en detalle.
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Septiembre, una de las mejores épocas para un trasplante de pelo
Si bien resulta perfectamente posible llevar a cabo un injerto capilar en cualquier época del año, como para casi todo, hay momentos relativamente mejores o peores que otros. Veamos las ventajas que presenta septiembre.
Descienden el sol y el calor
Con la llegada de septiembre se acaba el verano y comienza a acercarse el otoño. El periodo estival, a pesar de la posible comodidad que ofrecen las vacaciones, es de los menos indicados para un injerto capilar. Y es que el calor y el sol resultan contraproducentes para la recuperación postoperatoria. En cambio, las temperaturas más bajas y los días nublados propios de otoño pueden simplificarnos la recuperación tras la intervención, ya que ayudan a evitar la sudoración, reducen la inflamación y evitan el efecto negativo de la luz solar sobre las cicatrices.
Sigue siendo fecha para coger vacaciones
Aunque en el apartado anterior hemos mencionado que se acaban las vacaciones, esto no es del todo exacto. Es cierto que lo más habitual es coger vacaciones en julio o agosto, pero muchas personas prefieren esperar a septiembre para disfrutar de temperaturas más suaves y menos masificación. Por tanto, existe la posibilidad de tomarse unos días libres en septiembre que permitan pasar con mayor comodidad e intimidad el postoperatorio de un injerto capilar.
Puede ayudar a retomar la rutina con nuevos objetivos
Tal y como comentábamos en el post sobre el estrés o síndrome postvacacional, la vuelta a la rutina puede hacerse muy cuesta arriba para algunos. Una forma de combatir este malestar adaptativo consiste en plantearse y asumir nuevos retos y objetivos ilusionantes. Tomar la decisión de ponerle fin a nuestros complejos y recuperar el pelo perdido puede ser una manera idónea de plantarle cara al síndrome postvacacional con un proyecto que nos motive.
¿Cómo es la recuperación tras un injerto capilar?
Las técnicas actuales han convertido al injerto capilar en operaciones cada vez menos invasivas y que suponen menos complicaciones. Sin embargo, sigue siendo necesario tener en cuenta una serie de recomendaciones de cuidado postoperatorio. Especialmente durante la primera semana. El mismo día de la intervención se puede volver a casa y hacer vida casi normal, pero prestando atención a los siguientes consejos:
- Durante las primeras 48 horas: es recomendable guardar reposo, hacer comidas ligeras, dormir bocarriba y reclinado, y observar las pautas de medicación.
- Los 10 días siguientes: son los más importantes para la plena recuperación. Hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones sobre la forma de dormir, el cuidado y lavado de la cabeza, y el mantenimiento de un reposo parcial.
¿Cuánto tiene que pasar hasta recuperar la rutina?
Los 10 días mencionados en el apartado anterior son el periodo clave. Representan la fase más sensible y que requiere mayores cuidados para que los injertos arraigan y cicatricen correctamente. Además, durante este tiempo se producen los efectos adversos más visibles de trasplante: la hinchazón, las rojeces y las famosas y temidas costras (que, recuerda, no hay que tocar ni rascar bajo ninguna circunstancia o podríamos arrancar los folículos). Transcurrido este tiempo, si todo ha ido bien, todos estos signos habrán desaparecido, los nuevos folículos habrán arraigado sin problema y estaremos listos para hacer vida normal.
Ahora que ya conoces las ventajas que presenta septiembre, si estás pensando en hacerte un injerto de pelo, no lo dudes más y llámanos. Te asesoraremos con todo lo que necesites sin compromiso ni coste alguno. Atrévete a tomar la decisión que cambie tu vida, te estamos esperando.