La contaminación tiene un efecto importante sobre nuestra salud capilar. Cuando hablamos de contaminación nos viene a la mente polvo en suspensión y niebla tóxica, formada por partículas minúsculas de hollín, combustión, polen, moho y otros tipos de suciedad. Todo esto se va adhiriendo a nuestro cabello día a día haciendo que éste se debilite y pierda brillo, pudiendo causar picazón e irritación en nuestro cuero cabelludo y provocando la caída del pelo.
Los principales efectos de estos contaminantes medioambientales son una mayor sequedad capilar, un cabello más encrespado y quebradizo sobre todo en la zona de las puntas, el empeoramiento de los cabellos grasos, ya que se ensucian más fácilmente aumentando la grasa en la raíz, la deshidratación de los cabellos largos y, en general, una melena menos sana y sin cuerpo.
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Para proteger nuestro cabello adecuadamente y evitar que este tipo de daños desemboquen en un problema más serio, algo muy aconsejable y que no solemos hacer es cepillar o peinar nuestro pelo antes de cada lavado, con esto eliminamos buena parte de las partículas y otros restos de suciedad ambiental.
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El champú se debe aplicar con cuidado y delicadeza sobre el cuero cabelludo, realizando un masaje con la yema de los dedos y con movimientos circulares. Durante el aclarado, igual de importante, hay que dejar que el agua se deslice abundantemente por el cabello sin frotarlo y dándole un último toque con agua fría para potenciar su brillo.
¿Cómo podemos evitar que la contaminación afecte a nuestro pelo?
Desafortunadamente, la contaminación está presente en nuestras vidas y cada vez que paseamos por la calle exponemos nuestro cabello a sus efectos. No obstante, hay algunas medidas y tratamientos que pueden ayudarnos a evitar sus consecuencias.
- Seguir una dieta equilibrada: Que una buena alimentación siempre es beneficiosa para todo el cuerpo, no es ningún secreto. Tener hábitos alimenticios saludables te ayudará a mejorar la calidad de tu pelo. También cobra gran relevancia beber abundante agua y evitar el consumo de tabaco y alcohol.
- Lavar más a menudo nuestro cabello: Para contrarrestar los efectos de la contaminación. No hagas caso al falso mito de que no es bueno lavar el pelo a diario o varias veces a la semana. La clave está en usar el champú adecuado según cada tipo de cabello y cuero cabelludo.
- Utilizar acondicionadores y mascarillas según el tipo de cabello: El acondicionador y la mascarilla son dos productos distintos y a la vez complementarios. Los acondicionadores sirven para desenredar, hidratar y nutrir el pelo aportándole suavidad y brillo, puedes aplicarlos a diario sin problema. Las mascarillas, por su parte, refuerzan las defensas naturales del cabello al reconstruir la parte exterior. Es recomendable utilizarlas una o dos veces a la semana.
- Cepillar el cabello a diario: Una práctica tan sencilla y efectiva puesto que el cepillado por la mañana activa la circulación de nuestro cuero cabelludo y por las noches elimina los residuos de fijadores o gel y el polvo que se haya podido acumular durante el día. El cepillado debe hacerse desde la raíz a las puntas para no dañar la cutícula.
- Seguir tratamientos para evitar la caída del cabello según el consejo de nuestros médicos especialistas: Existen casos de gente cuyo cabello necesita una ayuda más específica para combatir el estado de debilitamiento y/o pérdida en el que se encuentra.
En MAN Medical Institute te ofrecemos soluciones individualizadas como son el plasma rico en plaquetas (PRP) para frenar la caída del cabello en personas que sufren una caída moderada, la mesoterapia para aumentar la densidad capilar y conseguir que el cabello crezca fuerte y sano, y todo tipo de tratamientos para tratar cada caso en particular, ya que cada persona es diferente y lo mismo sucede con el cabello.
Otros efectos de la contaminación en nuestro cabello
La contaminación tiene varios efectos en el cabello que pueden provocar que su aspecto no sea el que deseas, manteniéndolo apagado y sin brillo. Los gases contaminantes de la ciudad hacen que el aire que se respira y que está en contacto con nuestra piel no esté precisamente limpio, llenando nuestro cabello de impurezas y partículas que en él se fijan y que hacen un flaco favor a nuestro cuero cabelludo.
Habitualmente, toda esa polución está en constante contacto con nuestro cabello y esto provoca que su aspecto sea el de un pelo más seco y débil o que al cepillarlo, el pelo se parta o se caiga.
La contaminación no es nada beneficiosa en lo referente a enfermedades pulmonares, alergias, o para aquellas personas que padecen algún tipo de cáncer, pero sus efectos nocivos en la piel y el cuero cabelludo tampoco ayudan a mantener un pelo sano y fuerte, tal y como nos gustaría.