Adelgazar de forma rápida, segura y efectiva es la gran meta a la que aspiran todos aquellos que tienen unos cuantos kilos de más de los que se quieren deshacer. Muchos métodos, dietas y estrategias varias prometen hacerlo posible casi sin esfuerzo. El otro día os hablamos de ellos en el post sobre cómo reconocer y huir de las “dietas milagro”. ¿Es la dieta proteinada otro ejemplo de este tipo de dietas engañosas? Vamos a ver en qué consiste y a tratar de dar respuesta a esa pregunta.
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¿Qué es la dieta proteinada? ¿En qué consiste?
Dietas proteicas hay muchas, cada una con sus particularidades, pero todas ellas comparten un denominador común: se trata de dietas en las cuales las proteínas suponen un mayor porcentaje del aporte calórico diario que una alimentación normal. Partiendo de esta base, nos encontramos desde planes alimentarios bajos en hidratos y ricos en proteínas, a dietas cetogénicas o dietas keto.
¿Cómo se consigue adelgazar con una dieta proteinada?
Los carbohidratos y las proteínas aportan las mismas calorías al organismo: concretamente, 4 kcal por gramo. Entonces, ¿dónde está la diferencia? ¿Por qué las proteínas ayudan a adelgazar? Sencillo, metabolizar (quemar) las calorías de las proteínas requiere más energía que cualquier otro nutriente. Es decir, que a igual número de calorías, el cuerpo gasta más energía en sintetizar las proteínas. Al mismo tiempo, y como resultado de lo anterior, las proteínas son de digestión más lenta, por lo que la sensación de saciedad que producen es mayor y más duradera.
Las etapas de la dieta proteinada
Prácticamente todas las dietas proteinadas establecen tres fases de desarrollo. Siguiendo esta planificación (y siempre dependiendo del caso particular de cada uno), lo habitual es bajar hasta 5 kg durante las primeras semanas y, después, obtener una pérdida sostenida de 2 kg semanales.
Primera etapa o etapa activa total
Es el periodo más intenso. Se consumen preparados proteicos acompañados de muy pocas verduras durante las primeras semanas. Después, dos comidas al día se sustituyen por carnes, aves o pescados; evitando hidratos y azúcares. Además, se deben tomar 2 litros de agua y caminar 30 minutos cada día.
Segunda etapa o etapa activa mitigada
Pasadas las primeras semanas, comienzan a introducirse progresivamente otros grupos de alimentos como fruta, pan y otros almidones; al mismo tiempo que se va incrementando la actividad física y se reducen los preparados de proteínas.
Tercera etapa o etapa de estabilización
En la fase final, se procede a una reintroducción de alimentos buscando una dieta saludable y equilibrada que impida recuperar el peso perdido.
Los posibles riesgos de las dietas proteinadas
Una vez que ya hemos visto en qué se basa y cómo funciona una dieta proteinada, inevitablemente surge la duda: ¿tiene riesgos? La respuesta directa es que sí. Si bien el principio por el que se guían las dietas proteicas no es un problema en sí mismo, muchas de ellas se basan en el mecanismo de la cetosis. Esto sucede cuando el cuerpo no recibe el suficiente aporte de carbohidratos y activa el catabolismo de las reservas de grasas para producir energía (es el caso de las dietas cetogénicas o keto que os mencionábamos más arriba).
De esta forma se logra una rápida pérdida de peso, sí, pero a costa de un funcionamiento “de emergencia” del organismo. Cuando este vuelve a recibir los hidratos escatimados, tiende a hacer acopio de ellos por si se produjera de nuevo la carencia, recuperándose así gran parte de los kilos perdidos. Igualmente, un consumo excesivo de proteínas (especialmente las de origen animal) sostenido en el tiempo puede afectar a la salud, derivando en enfermedades cardiovasculares, problemas de riñón, huesos frágiles o diabetes, entre otros.
La dieta proteinada: ¿Es otra dieta milagro?
Explicado todo lo anterior, la respuesta a esta última pregunta es menos rotunda: sí y no. Una dieta puntual en la que se aumente el porcentaje de consumo de proteínas de una forma equilibrada puede ayudarnos a reducir el exceso de peso. Pero, para que esta pérdida sea saludable, la dieta debe llevarse a cabo bajo la supervisión de un especialista, sin cometer excesos y acompañada de ejercicio físico y reeducación alimentaria. Por el contrario, las dietas proteinadas radicales, como las propuestas por el método Dukan o similares, constituyen un claro ejemplo de “dietas milagro” con más efectos negativos que beneficios para la salud.
Antes de plantear dietas para bajar peso por tu cuenta, es imprescindible acudir a un especialista que analice tu caso y te ayude en el proceso de pérdida de peso. Los especialistas en nutrición y obesidad de MAN Medical Institute están a tu disposición para ayudarte a conseguir tus objetivos de reducción de peso. Una nueva vida es posible, llámanos y da el primer paso.