La tiroides es una glándula responsable de la producción de una serie de hormonas que, a su vez, intervienen en varias funciones importantes del organismo. Entre ellas, el desarrollo celular que afecta al crecimiento natural de los folículos pilosos y, por tanto, puede provocar la caída del pelo. Vamos a ver con más detalle qué es la glándula tiroidea y qué relación guarda con la alopecia.

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¿Qué es la tiroides y cuál es su función?

La tiroides es una glándula endocrina situada en la parte frontal del cuello, debajo de la nuez, que produce, almacena y secreta las hormonas tiroideas, denominadas tiroxina y triyodotironina. Dichas hormonas se encargan de controlar procesos fundamentales como el metabolismo y el desarrollo del cuerpo desde el nacimiento hasta la vejez, además de jugar un papel clave en otras cuestiones como la función cardíaca, la digestión, el desarrollo del cerebro o el estado de ánimo. A modo de resumen, las principales tareas de la tiroides son:

• Regula el metabolismo y la temperatura corporal.
• Es necesaria para el crecimiento.
• Interviene en el correcto desarrollo del sistema nervioso.
• Regula la asimilación de los diferentes nutrientes.
• Es fundamental para regular el ritmo cardíaco y el desarrollo celular.

¿Qué relación existe entre la tiroides y la caída del cabello?

Teniendo en cuenta la cantidad de funciones básicas en las que interviene la tiroides, cuando se produce algún problema en su funcionamiento, este afecta a diversos elementos del organismo. Entre ellos, tal y como os contábamos al principio, se encuentra el ciclo de crecimiento capilar. En consecuencia, uno de los síntomas más habituales de enfermedades como el hipertioridismo y el hipotiroidismo es la pérdida de pelo.

Hipotiroidismo y su relación con la alopecia

El hipotiroidismo produce un descenso en la actividad de la glándula y, en consecuencia, una insuficiente producción de las hormonas tiroideas. Los síntomas más comunes son el aumento de peso (por la ralentización de la función metabólica), fatiga y debilidad, piel seca y escamosa, depresión, etc. Asimismo, el hipotiroidismo provoca que el cabello se vuelva débil y quebradizo, y se caiga. La falta de hormonas tiroideas hace que muchos folículos entren en fase de reposo, se caigan y no se regeneren. Se trata de una caída difusa que se reparte por todo el cuero cabelludo, dando un aspecto de falta general de densidad capilar. En casos más extremos de la enfermedad, la caída puede afectar al vello de todo el cuerpo, incluidas las cejas.

Hipertiroidismo y su relación con la alopecia

El hipertiroidismo, como su propio nombre indica, es la afección contraria: supone una hiperactividad de la tiroides que se traduce en un exceso de producción de hormonas tiroideas. Entre los síntomas más frecuentes está la pérdida de peso, nerviosismo, ansiedad e irritabilidad; hinchazón del cuello, palpitaciones… Y, por supuesto, la pérdida de pelo. La diferencia en este caso es que la caída sí se produce en zonas específicas y se limita a la cabeza, sin afectar al resto del cuerpo.

La tiroides y la alopecia areata

Además de esta relación directa que hemos visto entre las dos principales afecciones de la glándula tiroidea y la caída del pelo, existe otra conexión con la alopecia. De forma habitual, las personas que sufren hipotiroidismo o hipertiroidismo suelen desarrollar una afección tiroidea autoinmune que las vuelve más propensas a desarrollar otras patologías de naturaleza autoinmune, como la alopecia areata. Se trata de una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca a los propios folículos pilosos de áreas determinadas, provocando que se debiliten y mueran.

¿Cómo detener la caída del cabello por la tiroides?

Por lo general, la caída del pelo asociada a los problemas de tiroides es temporal. Una vez que se ha logrado regular de nuevo los niveles de hormonas tiroideas, los folículos recuperan su ciclo de crecimiento natural y el pelo perdido vuelve a salir. En la mayoría de las ocasiones se regula con un medicamento llamado eutirox, aunque será el endocrino quien te indique cómo hacerlo en función de tu caso. Eso sí, hay que tener en cuenta que se trata de un proceso lento. Por un lado, las afecciones de la tiroides suelen tardar en detectarse porque sus síntomas pueden confundirse con una gran variedad de otros problemas de salud. Por otro, la caída del pelo suele manifestarse varios meses después de que se haya producido el desequilibrio en la producción de las hormonas tiroideas y, de la misma forma, tarda en recuperarse una vez solucionado.

Lo que podemos hacer mientras dura este proceso es tratar de frenar el debilitamiento de los folículos y ayudar a su regeneración. Para ello, podría resultar mmm útil un tratamiento de última generación como las microinyecciones de plasma enriquecido (PRP). Sea como sea, la clave es consultar con un profesional que identifique el problema y nos aconseje la mejor solución.

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