La crisis de los 40 puede empujarnos a cosas como comprar una moto, viajar al Tibet a conectar con nuestro yo interior o apuntarnos a clases de pintura para dar rienda suelta, por fin, al gen artístico reprimido. Pero, más allá de este vía crucis personal, el inicio de la cuarentena también supone una serie de cambios físicos que nos complican ligeramente las cosas. Especialmente en lo que a mantener la línea se refiere. Conforme van pasando los años, luchar contra esos kilos de más se va complicando progresivamente… ¿sin que podamos hacer nada para evitarlo?
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¿Qué cambios se producen a partir de los 40?
La plenitud física se alcanza, aproximadamente, entre los 24 y los 26 años. De ahí para adelante comienza el lento baile del declive y el envejecimiento. Por lo general, durante la treintena la cosa se mantiene bajo control, con algunos cambios incipientes como la pérdida de pelo, la aparición de las primeras arrugas y el inicio del desequilibrio en la línea. Con la llegada de los 40, estos primeros despuntes se empiezan a consolidar con más fuerza y notoriedad. Pero, ¿por qué sucede esto?
Las hormonas sexuales pierden fuelle
A partir de los 40 comienzan a decaer la producción de testosterona y estrógenos, las hormonas sexuales por excelencia. Con el descenso en los niveles de testosterona, disminuye también la capacidad del organismo de metabolizar los azúcares y producir insulina. En consecuencia, el cuerpo comienza a acumular grasa con más facilidad.
Se pierde masa muscular
Desde los 20 años en adelante, la producción de hormona del crecimiento va desapareciendo progresivamente. Con ello, lo hace también la capacidad del cuerpo de generar y mantener masa muscular de forma natural. A menor nivel de masa muscular, menor demanda energética y, por ende, mayor tendencia a acumular grasa.
Cambia el metabolismo
Directamente ligado con los dos puntos anteriores, por lo general el ritmo metabólico del cuerpo desciende durante la cuarentena. El resultado es que se queman menos calorías y se generan más excedentes de energía que se acumulan en forma de grasa.
Nuestro estilo de vida se vuelve más sedentario
Por si el cambio interno fuera poco, también es muy habitual que, entrados los 40, nuestro ritmo de vida se vuelva más sedentario. Dejamos de hacer deporte, nos movemos en coche a todos lados, pasamos muchas horas sentados trabajando, salimos menos… Una mala muy mala combinación que viene a sumarse a un organismo que ya no responde como antes.
Mantener a raya los kilos se hace cada vez más difícil
Teniendo en cuenta todo lo que hemos expuesto, el resultado lógico es que a partir de los 40 empezamos a engordar cada vez más. De los michelines pasamos a la tripita, de esta a la tripa, de ahí a la papada… y cuando queremos darnos cuenta tenemos un exceso de peso general del que resulta muy difícil librarse.
No te preocupes, no todo está perdido: cómo mantener a raya la grasa a partir de los 40
Quizás nos hemos puesto excesivamente dramáticos y parece que ya no hay nada que hacer. Pero no es cierto. Simplemente hay que tener en cuenta las nuevas condiciones de nuestro cuerpo y actuar en consonancia. Vamos a ver una serie de consejos que podemos seguir para mantener la línea bajo control:
Cambia los hábitos
Es lo más evidente y engloba todos los demás puntos. Si el organismo cambia, no nos queda más remedio que cambiar con él. Aprende a reconocer las señales que te da tu cuerpo y adáptate a sus nuevas necesidades.
Cambia la alimentación
No nos referimos a hacer una dieta como tal, pero sí a modificar el estilo de alimentación. Con los 40 se vuelve más imprescindible que nunca prestar atención a qué y cómo comemos. Los excesos se vuelven ya mucho más perjudiciales, así que es el momento de apostar definitivamente por una dieta saludable y equilibrada, con caprichos puntuales, sí, pero constante el resto del tiempo. La cerveza y el resto de alcoholes, nos tenemos, también entran en este apartado.
Muévete
Sin más. Muévete. Convertir la actividad física en rutina es el único remedio contra un organismo que cada vez genera menos masa muscular y más grasa. Ve a los sitios andando o en bicicleta, levántate con frecuencia de la silla, sube y baja por las escaleras, haz deporte semanal… Lo que sea, pero muévete.
Si todo esto no es suficiente, puedes contar con nosotros
Si seguimos estos consejos y nos cuidamos, lo más habitual es conseguir mantener una línea adecuada, evitando los problemas de exceso de peso. Sin embargo, también es muy frecuente que no resulte suficiente para acabar con esos cúmulos de grasa localizada y resistente que se han ido formando con los años. Si la grasa localizada, sobre todo la abdominal, ya es difícil de eliminar de por sí, más aún se va volviendo con el paso del tiempo. Pero, una vez más, hay remedio y solución.
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Ya te hemos contado cómo afectan los 40 al cuerpo y qué podemos hacer para combatir sus efectos negativos. Si necesitas una ayuda extra, no dudes en llamarnos. Confía en MAN Medical Institute, estamos aquí para ti.