La miras. Te acercas, suspiras. Allá vamos, otro día más. La cita diaria con la báscula te espera… ¿Te suena este ritual? Si estás luchando por bajar de peso, es posible que hayas adoptado el hábito de pesarte todos los días para ir midiendo tus avances. Pero, ¿es bueno? ¿Es la estrategia más recomendable para mantener los kilos bajo control? Vamos a tratar de responder a esta pregunta, acompáñanos.
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La parte buena de pesarse todos los días
El debate está servido. Hay partidarios acérrimos de esta práctica, así como grandes detractores. Entre los argumentos a favor, encontramos principalmente dos, estrechamente vinculados al aspecto psicológico. Por un lado, nos puede servir de mecanismo de alerta frente a posibles pequeñas subidas de peso que nos lleven a tratar de compensarlo al día siguiente con más ejercicio o alguna restricción en la dieta. Por otro, puede ejercer como elemento de concienciación sobre cómo afectan nuestros actos cotidianos al peso corporal. A medio/ largo plazo, esta concienciación nos puede ser útil para aprender cómo funciona y responde nuestro cuerpo y, así, lograr un mayor éxito en los objetivos de adelgazamiento.
La parte mala de pesarse todos los días
A pesar de estos puntos a favor que hemos comentado, la realidad es que la mayoría de expertos y nutricionistas están en contra de pesarse a diario. ¿Por qué? En primer lugar, porque se trata de un indicador poco fiable: las subidas de peso de un día para otro suelen deberse más a cuestiones como la retención de líquidos que a ganancias de grasa. Para valorar mejor los cambios de peso es más útil la perspectiva del tiempo. Y, por otra parte, pesarse a diario puede conllevar el peligro de generar ansiedad y, en algunos casos, una obsesión malsana y contraproducente.
Entonces, ¿cuándo hay que pesarse?
Vistos los argumentos positivos y negativos, llegamos a la cuestión principal: ¿cuál es la frecuencia adecuada? Pues bien, la respuesta no será la misma para todo el mundo, ya que a cada uno le funcionará mejor una estrategia que otra, pero la mayoría de especialistas coinciden en señalar que es importante y aconsejable llevar un seguimiento periódico del peso.
- Frecuencia recomendable: pesarse con mayor o menor frecuencia dependerá, como ya hemos señalado, de la estabilidad emocional y decisión de cada uno, pero lo más recomendable es hacerlo una vez a la semana.
- Qué día es mejor: lo habitual es que durante la semana cumplamos con la dieta y los fines de semana se produzca algún exceso. Por lo tanto, lo ideal es no pesarse ni a principios ni a finales de semana, cuando la medida pueda estar distorsionada por uno u otro motivo, sino hacerlo entre medias.
- La mejor hora para pesarse: si bien no hay una hora específica que sea mejor que otra, como lo idóneo es pesarse en ayunas, las primeras horas de la mañana serán nuestras aliadas. Eso sí, una vez seleccionada una hora, recuerda que hay que pesarse siempre a la misma, sin ropa, sin haber ingerido nada y usando la misma báscula.
Recuerda, el peso no lo es todo para lucir un cuerpo escultural
Ahora bien, si mantener un control del peso es importante, mucho más lo es ser consciente de que la cifra de kilos no lo es todo. Tal y como ya os contamos en el post sobre reducir talla, el cuerpo no está compuesto únicamente de grasa. Otros tejidos como el músculo, la masa ósea, el agua, etc., también tienen su propio peso. Quemar y reducir los niveles de grasa no tiene porqué significar necesariamente bajar de peso. Por lo tanto, no debemos obsesionarnos con bajar de peso, sino con moldear nuestra figura. ¿Cómo logramos esto?
Reducir el porcentaje de grasa corporal
De lo que nos queremos desprender no es de los kilos en sí, sino de los kilos de grasa sobrantes. Nuestro objetivo primordial debe ser equilibrar los niveles de grasa corporal hasta que estén dentro del rango adecuado. Para ello, debemos enfocarnos en quemar grasas y no generar nuevas reservas a través de una alimentación equilibrada y ejercicio.
Evitar la pérdida de músculo
Esto es crucial. Ya habrás oído en múltiples ocasiones eso de que el músculo pesa más que la grasa, y es completamente cierto. El músculo es un tejido mucho más denso y pesado que la grasa. Si quemamos grasa y, además, ganamos masa muscular, estaremos aumentando nuestro peso pero no significa que estemos engordando. De la misma forma, perder masa muscular no sería adelgazar (ni conveniente). El camino idóneo para lucir una nueva figura es, pues, quemar grasa y convertir esa energía en músculo.
Quiero perder peso y el deporte y dieta no son suficientes…
No obstante, lo anterior no siempre es fácil. Especialmente llegados a cierto punto de acumulación de grasa y malos hábitos. Tratar de eliminar 15, 20 o 30 kilos de grasa a base de dieta y ejercicio puede llegar a ser una tarea titánica y, en ocasiones, casi imposible. Pero no te preocupes, existen soluciones al alcance de tu mano para lograr el cambio que ansías.
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