El 19 de noviembre de cada año se celebra el Día Internacional del Hombre. Una efeméride que no está pensada para exaltar la virilidad, sino para concienciar sobre la importancia del cuidado de la salud masculina. A pesar de que comenzó a impulsarse en 1992 y fue declarado como día mundial en 1999, se trata de una fecha menos conocida que el Día de la Mujer (que tiene lugar el 8 de marzo). Pero esto no resta valor a su mensaje, pues los hombres deberíamos prestar más atención al cuidado de nuestra salud. Y es que, de media, los hombres viven entre cinco y siete años menos que las mujeres.

¿Por qué se conmemora el Día Internacional del Hombre?

Como adelantábamos en el párrafo anterior, los hombres disfrutan, de promedio, de una menor esperanza de vida. Las enfermedades no transmisibles, el VIH/SIDA, los accidentes de tráfico, los suicidios, lesiones, violencia y las enfermedades cardiovasculares son las principales causas detrás de esta realidad. Por eso, Thomas Oeaster, profesor de la Universidad de Missouri, tuvo en 1992 la idea de impulsar este día internacional para promover una mayor concienciación sobre la salud masculina, la atención primaria, la protección social e, incluso, los derechos humanos.

Y es que, aunque existe una causa genética (concretamente, relacionada con los cromosomas XY de los hombres frente a los XX de las mujeres) que explica en parte esta mayor mortalidad, también influyen aspectos hormonales, de conducta y laborales (por el momento, aún los hombres tienden a desempeñar las profesiones de mayor riesgo o necesidad de esfuerzo físico). Contra la genética es más difícil luchar, pero como sociedad sí podemos trabajar para promover una mayor atención a la prevención de riesgos y a los hábitos de vida saludables.

¿Cuáles son las reivindicaciones del Día del Hombre?

Visto todo lo anterior, queda claro que lo que plantea el Día Internacional del Hombre son cuestiones de fondo con una gran relevancia tanto para los hombres como para el conjunto. Su objetivo es dar a conocer e impulsar los seis pilares fundamentales, definidos en 2009, y que abarcan todos los aspectos de la salud y el bienestar social masculino. Dichos pilares son:

1. Fomentar modelos masculinos positivos; no solamente estrellas de cine y deportistas, sino también hombres de la vida cotidiana, de clase trabajadora, que viven vidas dignas y honradas.
2. Celebrar las contribuciones positivas de los hombres a la sociedad; a la comunidad, a la familia, al matrimonio, al cuidado de los niños y el medio ambiente.
3. Centrarse en la salud y el bienestar de los varones; en lo social, emocional, físico y espiritual.
4. Poner de relieve la discriminación contra los hombres; en las áreas de servicio social, en las actitudes y expectativas sociales, y la legislación.
5. Mejorar las relaciones de género y promover la igualdad de género.
6. Crear un mundo más seguro y mejor, donde la gente puede estar segura y crecer para alcanzar su pleno potencial.

La importancia del cuidado de la salud masculina

De todos los puntos, el tercero es uno de los de mayor peso dentro del Día Internacional de los Hombres. Hablamos de ‘centrarse en la salud y el bienestar de los varones; en lo social, emocional, físico y espiritual’. Una labor que debe ser impulsada en una doble vertiente: a nivel global, con políticas de desarrollo social, económico y sanitario; pero también en el plano personal, tomando cada uno conciencia individual de nuestra salud y su cuidado. Desde MAN Medical Institute queremos contribuir a este objetivo, así que os dejamos unos breves consejos para una vida más saludable: 

Evita en lo posible el estrés

El estrés tiene consecuencias negativas sobre la salud física y mental. Es la plaga principal de las sociedades modernas. Aquí ya hemos hablado de cómo afecta a la caída del pelo, al sobrepeso y los problemas del corazón. Pero el listado de efectos es casi infinito. Así que te recomendamos huir del estrés en la medida de lo posible: esfuérzate en gestionar tu tiempo, libérate de las situaciones que te sobrepasen, equilibra las responsabilidades con el descanso y aprende a identificar las señales de tu cuerpo cuando te dice que pares.

Mantente en forma

El ejercicio es básico y practicado de forma moderada es bueno para casi todo.  Para mantener el peso y la grasa a raya, para que los indicadores de tus análisis de sangres estén en los rangos adecuados, para sentirte mejor contigo mismo, para liberarte del estrés, incluso, y un largo etcétera. La OMS aconseja practicar una actividad física de intensidad moderada durante al menos 2,5 horas a la semana. Puede combinar ejercicios como nadar, montar bicicleta, caminar o correr con levantamiento de pesas y rutinas de fuerza.

Bebe suficiente agua a diario

El agua, ese bien tan preciado y que cada vez escasea más de forma natural en el mundo, es muy importante para tu cuerpo. Hay que beber entre 2 y 2,5 litros de líquido al día para mantener nuestro cuerpo hidratado y que, de esta forma, funcionen correctamente los distintos órganos y sistemas. El agua es fundamental, entre otras cosas, para nuestra piel (ya que te preocupa tanto tu estética, mantente hidratado), es buena para el funcionamiento de los riñones, para regular la temperatura del cuerpo, etc.

Evita los alimentos ultraprocesados

Con el nivel de vida cada vez más agitado y pendiente del reloj que llevamos, cada vez es más tentador comer de manera rápida y poco sana. Aquí es cuando pueden cobrar protagonismo los alimentos procesados, cada vez más abundantes y variados. Puedes consumirlos de manera ocasional, pero intenta huir de ellos. La comida natural es mucho más beneficiosa para tu cuerpo y para tus niveles de colesterol.

Olvídate del alcohol y los cigarrillos

Otro gran clásico que siempre hay que repetir. No fumes y bebe de manera moderada. Una “cervecita” de vez en cuando te puedes beber, pero también lo puedes hacer sin alcohol. Una vida saludable no es compatible con el alcohol y los cigarrillos. Estos últimos, según la OMS, provocan impotencia sexual en los hombres, cáncer y enfermedades pulmonares y cardiacas.

Desconecta del móvil

Es difícil hacerlo y más cuando cada vez se pueden hacer más cosas desde el “aparatito” que llevamos en nuestra mano. Es bueno para muchas cosas, pero como todo en la vida, hay momentos en los que tienes que saber dejarlo. No puedes vivir dependiendo de él. Si eres padre seguro que ya has visto en algún parque infantil el mensaje “deja el móvil y juega con tus hijos”. Es un ejemplo claro de lo mucho que abusamos de él.

Descansa correctamente

Y esto significa dormir entre siete y ocho horas cada día en una edad adulta. Cuando lo haces, es cuando el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células, el cerebro procesa lo aprendido y el corazón descansa, entre otras cosas.  Si no lo haces el tiempo adecuado, el estrés y la ansiedad también aparecerán.