Un balón gástrico es uno de las mejores mejores métodos para ayudar a perder gran cantidad de peso de forma segura. Pero en esa palabra, ‘ayudar’, reside la clave. El balón gástrico es una pieza importante de un proceso más amplio de cambio de aspecto, salud y forma física. De nada sirve someterse a esta intervención si no se acompaña antes, durante y después de adopción de hábitos saludables. En dicho proceso, el ejercicio ocupa un papel fundamental. Y es que, al contrario de lo que algunas personas piensan, se puede perfectamente hacer ejercicio teniendo un balón gástrico.
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El balón gástrico marca un antes y después en nuestra vida
La función principal del balón gástrico es dar el empujón extra y definitivo para acabar con el exceso de peso que nos limita. Representa, por tanto, un antes y un después en la vida de aquellos que están luchando contra la obesidad y el sobrepeso; una herramienta capaz de ayudar a acabar con hasta 35 kilos.
Sin embargo, como ya hemos adelantado en el párrafo anterior, no puede hacerlo por sí solo sin esfuerzo ninguno por parte del paciente. Cambiar los hábitos alimentarios y hacer ejercicio es no solo posible, sino completamente imprescindible para alcanzar las metas deseadas. Por lo tanto, veamos cómo se debe llevar a cabo la práctica de ejercicio físico con un balón gástrico.
Los primeros días tras la implantación de un balón gástrico
La colocación del balón gástrico es una intervención ambulatoria y mínimamente invasiva. Esto significa que el mismo día el paciente recibe el alta y puede volver a su casa. Los efectos son muy leves, limitándose a ciertas molestias como náuseas o retortijones suaves hasta que el balón se asienta en el estómago. A fin de facilitar este proceso, en las primeras 24 horas se recomienda reposo acompañado de dieta blanda e hidratación. En las siguientes 48-72 horas ya se pueden ir incorporando pequeños paseos, pero evitando esfuerzos y levantar pesos.
¿Cuándo puedo empezar mi actividad física con el balón gástrico?
El momento exacto dependerá de cada persona, su grado de tolerancia, su forma física previa, etc. La mejor estrategia es ir sumando progresivamente rutinas de ejercicio de 10 minutos, evaluando la reacción de nuestro cuerpo al aumento de intensidad. En esta primera fase, el tipo de ejercicio más recomendable es el cardio de intensidad suave-moderada, como caminar, montar en bici o el aquagym. Con el tiempo podremos ir aumentando la intensidad y añadiendo ejercicios de fuerza con pesas y máquinas.
Después de los 10 días estás listo: el ejercicio físico con un balón gástrico
Por norma general, entre el décimo día y las dos semanas, el organismo ya se habrá acostumbrado al cuerpo extraño que supone el balón gástrico. Asimismo, ya habremos dejado atrás la dieta blanda, por lo que ya estaremos listos para practicar ejercicio «con normalidad». Entendiendo normalidad por el ritmo e intensidad que cada uno sea capaz de seguir.
Lo ideal de aquí en adelante es combinar ejercicios de resistencia cardiovascular (80%) con rutinas de fuerza y tonificación (20%), al menos tres días por semana. Asimismo, es muy recomendable cambiar el tipo de rutinas cada 8 semanas. Haciéndolo así, nuestro organismo quemará muchas más calorías, generará mayor cantidad de masa muscular y evitaremos la adaptación metabólica por repetir las rutinas.
Recomendaciones a tener cuenta de hacer deporte con el balón gástrico
La principal recomendación a la que debemos atenernos ya la hemos mencionado: ir poco a poco, especialmente si previamente veníamos de un estilo de vida sedentario. Un sobreesfuerzo repentino puede llevar a lesiones, malestar y desánimo. Es importante tener en cuenta que el proceso de adelgazamiento no es un sprint, sino una carrera de fondo en la que lo importante es aguantar durante todo el recorrido.
Entrando en cuestiones más específicas, hay que prestar especial atención a mantener una hidratación constante y a estirar a conciencia antes y después del ejercicio para evitar lesiones musculares. Asimismo, deberemos detener la actividad si notamos cualquiera de los siguientes síntomas: dolor abdominal o articular, náuseas, mareo y sensación de ahogo o falta de aire.
No tengas miedo al ejercicio físico con un balón gástrico, es necesario para una mejor evolución. Sigue todas las pautas de tu equipo médico tras la intervención del balón gástrico.