El peso corporal es una de las cuestiones que más nos obsesionan respecto a nuestro físico. Es una cuestión relacionada con la salud, pero también con la imagen y la autoestima. El problema está en que solemos prestar atención únicamente a la cifra de los “kilos”, pero este no es un buen indicador del estado de forma. Para saber si estamos o no dentro del peso ideal, debemos emplear el IMC o Índice de Masa Corporal. Vamos a contarte en qué consiste, cómo calcularlo y cuáles son, de media, los valores saludables.
Contenidos
¿Por qué es útil saber calcular el IMC?
Como ya avanzábamos en la introducción, tendemos a fijarnos en los kilos como única medida para dirimir si estamos dentro de nuestro peso ideal. Sin embargo, por más que frecuente, este es un error que no debemos cometer. El peso varía enormemente de una persona a otra en función de la constitución y, sobre todo, la altura. No es lo mismo pesar 80 kg midiendo 1,85 que 1,70 m. De la misma forma que no significa lo mismo en una persona con constitución musculosa que delgada. Por todo ello, es muy importante dejar atrás la obsesión con el peso y aprender a emplear el IMC como verdadera medida de nuestro estado de forma.
¿Qué es exactamente el IMC?
El Índice de Masa Corporal o IMC es, como su nombre indica, un cálculo de la masa corporal de una persona basada en dos factores: el peso y la altura. Es decir, se trata de un cociente que mide la proporcionalidad entre el tamaño corporal y el peso que le acompaña, dando así una idea mucho más ajustada y realista de si el peso es el adecuado o no.
¿Cómo se calcula el IMC?
Se trata de una operación muy sencilla. Se calcula dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura en metros (IMC = peso [kg] / estatura [m2]). ¿Qué nos indica el resultado de este cálculo?
- Si está por debajo de 25, estamos dentro del peso normal.
- Si se sitúa entre 25 y 30, indica sobrepeso.
- Por encima de 30, se trata de obesidad.
- Si supera los 40, hablamos de obesidad mórbida o extrema.
¿Qué factores pueden influir en el Índice de Masa Corporal?
Si bien el IMC es un indicador mucho más fiable que el simple peso corporal, también presenta sus limitaciones, que es importante conocer. La edad es un elemento que condiciona sobremanera la validez de sus resultados, ya que estos no deben tenerse totalmente en cuenta antes de que la persona haya alcanzado su máximo desarrollo. Durante la adolescencia, los cambios en el ciclo de crecimiento pueden arrojar resultados negativos engañosos. Por otra parte, también hay que prestar especial atención al tipo de constitución. Una persona con mucha musculatura va a obtener un IMC que indique sobrepeso, pero esto no debe interpretarse como un problema de salud, ya que el exceso de masa se debe a músculo y no a grasa.
La importancia de conocer la masa corporal
El IMC es uno de los indicadores más fiables de un potencial problema de sobrepeso u obesidad. En este blog ya hemos tratado en diferentes ocasiones el grave peligro para la salud que suponen ambas afecciones, pero nunca está de más volver a recordarlo. Los desórdenes de exceso de peso son uno de los principales factores de riesgo de patologías como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome metabólico y distintos tipos de cáncer, entre otras.
Un cálculo sencillo y accesible como el IMC resulta extremadamente útil para detectar, prevenir y ayudar a combatir el sobrepeso y todos sus riesgos asociados. Por supuesto, aunque el cálculo lo hagamos en casa, resulta esencial consultar con un especialista para confirmar que se trata de un problema de salud y tomar las medidas necesarias con una adecuada supervisión.
El balón gástrico, una de las mejores soluciones cuando el IMC pasa de 30
Una vez que el IMC nos ha ayudado a detectar un problema de sobrepeso y hemos consultado con un especialista para diagnosticarlo con precisión, nos encontramos con diferentes vías y estrategias de abordaje. De entre todas ellas, uno de los métodos más eficaces y seguros del mercado es el balón gástrico. Gracias a este tratamiento, es posible perder entre 10 y 25 kilos (dependiendo de la duración y de cada caso particular) de forma rápida y sin riesgos.
Se trata de un balón de silicona médica que se introduce desinflado en el estómago para, una vez dentro, rellenarlo con suero fisiológico y que ocupe una porción significativa de su volumen. De esta forma, se reducen la capacidad de ingesta y el apetito, logrando así una pérdida continuada de peso. Si se acompaña de un correcto proceso de reeducación de hábitos, el balón gástrico puede suponer el punto de inflexión para un cambio radical de figura y de estilo de vida.
Si crees que sufres un problema de sobrepeso u obesidad y quieres ayuda para lograr ese cambio, no dudes en consultarnos sin compromiso. Confía en MAN Medical Institute, el Grupo Clínico Nº1 de Europa. Estamos aquí para ti.